martes, 29 de noviembre de 2011

Historia del Tradicionalismo en Méjico (Parte II)

En 1967 el P. Sáenz Arriaga publica “Cuernavaca y el progresismo religioso”, en donde además de seguir atacando por comunista al Obispo de Cuernavaca, Sergio Méndez Arceo, respecto del Concilio Vaticano II afirmó: “En primer lugar, los ‘expertos’ sentaron a la Iglesia en el banco de los acusados, para echarle en cara sus errores pasados. En segundo lugar, se quiso revisar toda la teología y todos los dogmas. En tercer lugar, se quiso acomodar la Iglesia al mundo moderno, a ese mundo impío y corrompido; y, finalmente, se proyectó la modificación estructural de la Curia Romana y del Derecho Canónico”. El libro fue prologado por el cura de Orizaba, Rafael Rúa y Álvarez.

Por esas fechas, algunas personas hablaban de que ante las herejías del Concilio Vaticano II, la Sede de Pedro probablemente estaba ocupada por un falso Papa, un impostor, o de plano Paulo VI, Juan Bautista Montini, estaba prisionero o incluso hasta drogado, y era manejado por una mafia de judíos, masones y comunistas.

Entre los promotores de estas ideas estaban Mons. Pierre Martin Nguyen Thuc, vietnamita; el P. Noel Barbará, francés; el P. Joaquín Sáenz Arriaga, mexicano; el Dr. Eberhardt Heller, alemán; el Dr. Carlos A. Disandro, argentino; y el brasileño Dr. Homero de Oliveira Johas.

El laico norteamericano Francis Schuckardt propuso en 1968 que la sede estaba vacante, secundado por Daniel Q. Brown. En 1970 un laico japonés, Yukio Remoto, creó el grupo “Seibo No Mikuni”.

Por su parte, el monje dominico francés Gerard des Lauriers desarrolló la tesis del “Papa material” en contraposición del “Papa formal”, también conocida como “sedeprivasionista”, en la que afirmaba que Paulo VI “formalmente” ocupaba la Sede Apostólica, pero “materialmente no era Papa por haber caído en la herejía”. Decían que por le menos desde diciembre de 1965, cuando concluyó el Concilio Vaticano II, el magisterio de la Iglesia no era seguro.

En el año de 1968 el vaticano publica el nuevo ritual de los sacramentos, cambiando sobre todo el relativo a la ordenación de presbíteros y el de consagración de obispos.

En abril de 1969 el Papa Paulo VI expide el Nuevo Ritual de la Misa que sustituiría al antiguo Misal Romano, fijado por el Santo Concilio Ecuménico de Trento y por el Papa San Pío V en su Bula "Quo Primum Tempore" de 1570. El nuevo ritual había sido confeccionado por una Comisión de 6 pastores protestantes, invitados por la Santa Sede para tal efecto, y suprimía los principios teológicos fundamentales sobre el Santo Sacrificio de la Misa, supuestamente para lograr "la unión con las demás Iglesias cristianas".

Dicho Misal entró en vigor obligatoriamente el 30 de Noviembre de ese mismo año, a pesar de los minuciosos estudios teológicos de los cardenales Alfredo Ottaviani y Antonio Bacci, y de las súplicas de miles de fieles católicos al Papa para pedirle que conservara la Misa Tradicional, llamada "de San Pío V", cuestiones que fueron ignoradas prepotentemente por Roma.

En ese mismo año de 1969 apareció el libro del P. Sáenz Arriaga titulado "La nueva misa no es ya una Misa Católica", y al año siguiente apareció "El Magisterio de la Iglesia y la nueva misa".

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